jueves, 19 de mayo de 2011

Noam Chomsky: Mi Reacción a la Muerte de Osama bin Laden

Noam Chomsky: Mi reacción a la muerte de Osama Bin Laden


Por: Noam Chomsky - Mayo 6 de 2011

Debemos preguntarnos cómo reaccionaríamos si los comandos iraquíes aterrizaran en el complejo de George W. Bush, lo asesinaran y tiraran su cuerpo en el Atlántico.


Está cada vez más claro que la operación fue un asesinato planificado, violando múltiples normas elementales de la ley internacional. No parece que haya habido intento alguno por atrapar a la víctima desarmada, como presumiblemente podría haberse hecho por parte de 80 comandos enfrentando virtualmente ninguna oposición —excepto, dicen ellos, por su esposa, que se abalanzó hacia ellos. En sociedades que profesan algún respeto por la ley, los sospechosos son detenidos y llevados a un juicio justo. Hago hincapié en lo de “sospechosos.” En abril de 2002, el director del FBI, Robert Mueller, informó a la prensa que después de la investigación más intensiva en la historia, el FBI no podía decir más que “creía” que el complot había sido fraguado en Afganistán, aunque llevado a cabo en los Emiratos Árabes Unidos y Alemania. Era lo único que ellos creían en abril de 2002, y que obviamente no sabían hace 8 meses, cuando Washington rechazó ofertas tentativas por parte de los Talibanes (qué tan serias eran no lo sabemos, pues fueron rechazadas de forma instantánea) de extraditar a bin Laden si se les presentaban evidencias —que, como veremos pronto, Washington no tenía. Por tanto, Obama simplemente estaba mintiendo cuando en su declaración desde la Casa Blanca dijo: “Supimos rápidamente que los ataques del 11 de septiembre fueron perpetrados por Al Qaeda.”

Nada serio ha sido probado desde entonces (véase “Las Preguntas sobre el 9/11” [1]). Se habla mucho de la “confesión” de bin Laden, pero es algo así como mi confesión de que gané la Maratón de Boston. Se jactaba de lo que él consideraba un gran logro.

También hay mucho debate en los medios respecto a la ira de Washington debida a que Pakistán no entregó a bin Laden, aunque sin duda los elementos de las fuerzas militares y de seguridad estaban al tanto de su presencia en Abbottabad. Menos se habla acerca de la ira de Pakistán en relación a que los Estados Unidos invadieron su territorio para llevar a cabo un asesinato político. El fervor antiestadounidense está de nuevo muy alto en Pakistán, y estos eventos es probable que lo exacerben. La decisión de arrojar el cuerpo al mar también está provocando, como era previsible, ira y escepticismo en buena parte del mundo musulmán.

Debemos preguntarnos cómo reaccionaríamos si los comandos iraquíes aterrizaran en el complejo de George W. Bush, lo asesinaran y tiraran su cuerpo en el Atlántico. Indiscutiblemente, sus crímenes exceden en mucho a los de bin Laden, y él no es un “sospechoso,” pero sin duda fue el “cerebro” que dio las órdenes para cometer el “crimen internacional supremo, que sólo difiere de otros crímenes de guerra en que contiene en sí mismo el mal acumulado de todos los demás” (citando al Tribunal de Nuremberg) por el que los criminales nazis fueron ahorcados: los cientos o miles de muertos, millones de refugiados, la destrucción de gran parte del país, el amargo conflicto sectario que se ha extendido al resto de la región.

Hay más que decir acerca del terrorista cubano Orlando Bosch que destruyó con una bomba un avión lleno de pasajeros en 1976, y que acaba de morir pacíficamente en Florida, incluyendo la referencia a la “doctrina Bush” de que las sociedades que albergan terroristas son tan culpables como los propios terroristas y deben ser tratadas en consecuencia. Nadie pareció darse cuenta que Bush estaba llamando a la invasión y destrucción de los Estados Unidos y al asesinato de su presidente criminal.

Lo mismo respecto al nombre: Operación Gerónimo. La mentalidad imperial es tan profunda a través de la sociedad occidental, que nadie puede percibir que están glorificando a bin Laden al identificarlo con la valerosa resistencia contra los invasores genocidas. Es como nombrar nuestras armas asesinas con los nombres de las víctimas de nuestros crímenes: Apache, Tomahawk… Es como si la Luftwaffe hubiera llamado a sus aviones de combate “Judío” y “Gitano.”

Hay mucho más que decir, pero incluso los hechos más obvios y elementales nos dan mucho que pensar.


Traducción por Said Abdunur Pedraza - Original en inglés: http://www.guernicamag.com/blog/2652/noam_chomsky_my_reaction_to_os
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NOTAS

[1] Las Preguntas Sobre el 9/11: http://mensajesenlaruta.blogspot.com/2010/05/las-preguntas-sobre-el-911.html.


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